Francisco Pizarro: conquistador clave en la historia del descubrimiento de América

Francisco Pizarro es uno de los conquistadores más célebres de la historia de América. Nacido en Trujillo, España, en 1478, se destacó por su papel fundamental en la conquista del Imperio inca y la expansión del Imperio español en América del Sur. Junto con sus hermanos y una pequeña fuerza militar, Pizarro lideró una de las expediciones más audaces de la época, que culminó con la captura del emperador Atahualpa y el control del vasto territorio incaico. La vida de Pizarro está llena de curiosidades, desafíos y momentos clave que cambiaron la historia de América.

En este artículo, exploraremos su biografía, su papel en la historia del descubrimiento de América y la colonización, así como los datos más destacados de su vida y sus logros. A través de un análisis detallado, descubriremos cómo Francisco Pizarro se convirtió en uno de los personajes más influyentes de la historia de la colonización de América.

Tabla de contenidos

Origen y primeros años de Francisco Pizarro

Francisco Pizarro nació en 1478 en Trujillo, una pequeña ciudad de Extremadura, España. Fue hijo ilegítimo de Gonzalo Pizarro, un capitán de infantería, y Francisca González, una mujer de origen humilde. Al ser un hijo ilegítimo, Pizarro no tuvo acceso a una educación formal ni a los privilegios de la nobleza, lo que marcó sus primeros años. A pesar de las dificultades, desde joven mostró un gran interés por la aventura y la exploración, lo que lo llevó a embarcarse hacia América en busca de fortuna.

Su primer contacto con el Nuevo Mundo fue en 1502, cuando se unió a la expedición de Nicolás de Ovando hacia La Española. Allí, Pizarro empezó a destacar por su valentía y ambición, lo que le permitió integrarse en las expediciones posteriores que marcarían el inicio de su carrera como conquistador. Este espíritu aventurero sería clave en su participación en la conquista de los imperios indígenas.

Primeras expediciones a América

Durante sus primeros años en América, Pizarro participó en varias expediciones que le permitieron adquirir experiencia militar y explorar nuevas tierras. Uno de los momentos más importantes de esta etapa fue su participación en la expedición de Vasco Núñez de Balboa, donde Pizarro fue uno de los primeros europeos en avistar el océano Pacífico. Este evento fue clave para la expansión de los territorios españoles hacia el sur del continente americano.

A pesar de estos logros, Pizarro no estaba satisfecho con el resultado de estas expediciones. El conquistador deseaba más poder y riqueza, por lo que decidió organizar una nueva expedición para explorar las tierras al sur de Panamá, donde, según rumores, se encontraba un poderoso imperio rico en oro: el Imperio inca.

Alianza con Diego de Almagro y el inicio de la conquista

En su búsqueda de conquistar nuevas tierras, Pizarro formó una alianza con Diego de Almagro, otro conquistador español, y con el sacerdote Hernando de Luque. Juntos planearon una expedición hacia el sur, en lo que hoy es Perú. Sin embargo, las primeras incursiones fueron difíciles, y las duras condiciones climáticas y la resistencia indígena hicieron que la expedición estuviera al borde del fracaso.

A pesar de estos obstáculos, Pizarro no se rindió. Gracias a su determinación y a su capacidad de liderazgo, convenció a sus hombres para seguir adelante y esperar refuerzos. En 1528, Pizarro regresó a España para obtener el apoyo de la Corona, y tras su presentación ante el rey Carlos I, logró obtener el respaldo oficial para su expedición, lo que le otorgó derechos sobre las tierras que pudiera conquistar.

La conquista del Imperio inca

La conquista del Imperio inca comenzó oficialmente en 1532, cuando Pizarro desembarcó en la costa del actual Perú con una pequeña fuerza de menos de 200 hombres. En ese momento, el Imperio inca se encontraba en medio de una guerra civil entre los hermanos Atahualpa y Huáscar por el trono. Pizarro aprovechó esta división interna para aliarse con algunos grupos indígenas que apoyaban a Huáscar y avanzar hacia el interior del imperio.

La estrategia de Pizarro fue astuta: aprovechó las debilidades del imperio y utilizó tácticas diplomáticas y militares para ganarse la confianza de los incas. En noviembre de 1532, en la ciudad de Cajamarca, Pizarro y sus hombres tendieron una emboscada a Atahualpa, capturándolo en una acción que sorprendió al imperio. Este evento marcó el comienzo del fin del poder inca en América del Sur.

Captura de Atahualpa y caída del Imperio inca

La captura de Atahualpa fue un momento decisivo en la historia de la conquista. Aunque el emperador inca ofreció a Pizarro un cuantioso rescate de oro y plata para su liberación, Pizarro decidió ejecutar a Atahualpa en 1533, argumentando que el monarca inca seguía conspirando contra los españoles. Esta ejecución desestabilizó aún más el Imperio inca y permitió a Pizarro tomar el control de la capital, Cuzco, sin mayor resistencia.

Con la muerte de Atahualpa y la ocupación de Cuzco, Pizarro consolidó su poder en el antiguo territorio inca. Sin embargo, la resistencia de los pueblos indígenas no desapareció, y la conquista de Perú estuvo marcada por numerosos conflictos y rebeliones en los años posteriores. A pesar de esto, Pizarro logró establecer el dominio español en gran parte del territorio inca.

Gobernador de Nueva Castilla

Después de la caída de Cuzco, Pizarro fue nombrado gobernador de Nueva Castilla, el territorio que correspondía a los territorios conquistados en Perú. Como gobernador, Pizarro se centró en la consolidación del control español sobre la región y en la fundación de nuevas ciudades, siendo Lima, la Ciudad de los Reyes, la más destacada. Fundada en 1535, Lima se convertiría en la capital del Virreinato del Perú y en el centro del poder español en América del Sur.

Aunque Pizarro disfrutó de un poder considerable como gobernador, su mandato no estuvo exento de conflictos. Las tensiones entre los conquistadores y las disputas internas pronto comenzaron a emerger, especialmente entre Pizarro y su antiguo aliado, Diego de Almagro, lo que llevaría a una trágica confrontación.

Conflicto con Diego de Almagro

La relación entre Francisco Pizarro y Diego de Almagro, que había sido crucial en las primeras etapas de la conquista, se deterioró rápidamente tras la caída del Imperio inca. Ambos disputaban sobre la distribución de las tierras conquistadas y los títulos otorgados por la Corona. El conflicto llegó a su punto álgido en 1538, cuando Almagro intentó tomar el control de Cuzco, lo que desató una guerra entre los partidarios de ambos conquistadores.

El enfrentamiento terminó con la derrota y ejecución de Diego de Almagro por orden de Pizarro. Sin embargo, esta victoria no trajo paz para Pizarro, ya que los seguidores de Almagro continuaron conspirando contra él. En 1541, Pizarro fue asesinado en Lima por un grupo de almagristas liderados por el hijo de Almagro, poniendo fin a la vida del conquistador, pero no a su legado.

Curiosidades sobre Francisco Pizarro

Uno de los aspectos más curiosos de la vida de Francisco Pizarro es que no sabía leer ni escribir. A pesar de este hecho, su inteligencia y astucia en el campo de batalla le permitieron superar las desventajas que enfrentaba en comparación con otros conquistadores mejor educados. Este detalle hace aún más impresionante su capacidad para liderar y negociar en circunstancias difíciles.

Otra curiosidad interesante es que Pizarro y Hernán Cortés, otro de los grandes conquistadores de América, eran primos lejanos. Ambos conquistadores jugaron papeles clave en la expansión del Imperio español, aunque nunca trabajaron juntos directamente. Este vínculo familiar destaca la influencia de las familias extremeñas en la conquista de América.

Legado de Francisco Pizarro en la historia

El legado de Francisco Pizarro es complejo y controvertido. Por un lado, fue responsable de la caída de uno de los imperios más poderosos de América y del establecimiento del dominio español en Sudamérica, lo que permitió la expansión del Imperio español y la explotación de los recursos del continente. Por otro lado, su conquista estuvo marcada por la violencia, la traición y la destrucción de una cultura milenaria, lo que lo convierte en una figura polémica en la historia.

A pesar de las críticas, Pizarro dejó una huella imborrable en la historia de América. Su fundación de Lima y su papel en la colonización de Perú son logros que siguen teniendo un impacto en la región hoy en día. Su vida y sus acciones continúan siendo objeto de estudio y debate entre historiadores y estudiosos de la época colonial.

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